Soltar el control de mi vida no ha sido sencillo, ha sido un proceso retador y al mismo tiempo edificador para mi y la evolución de mi Ser.
Entregar a Dios las riendas de lo que sucede con los asuntos pequeños y grandes de cada día, es la confianza plena que Él me lleva de su mano, que soy la niña de sus ojos y que me cuida y sostiene siempre. Sin embargo hay días difíciles, que todo se torna oscuro y en esos momentos Él me recuerda su amor y benevolencia. Me habla a través de las palabras tiernas y consideradas de amigos o en la sonrisa alegre y sin pretensiones de mi hija. Y así vuelvo, vuelo a Sus brazos, donde todo lo que sueño es posible y donde me entrego confiada, por que sé que sus planes superan mi visión y entonces miro al cielo y le digo “No me voy a preocupar, voy a confiar. Gracias”.
Hoy quiero decirte que todo lo que sueñas es posible, que todo cuanto tu corazón anhela, Dios lo ha puesto para que sea una realidad en tu vida. Permítete soltar y confiar que los planes que Él tiene para tu vida son mayores y mejores de los que puedes imaginar. Agarrate de su mano y camina junto a Él, no hay mejor compañero de viaje. Y luego toma acciones concretas sobre tu vida, llevate a hacer eso que has postergado, muévete en la dirección que la luz y tu intuición te indican. Así: confiando, fluyendo y avanzando el sendero se hace más claro. Y seguro podrás decir confiado “Me gustan los planes que Dios tiene para mí”
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