Hace un par de semanas te estuve contando, en un Instagram LIVE, de la energía que venía experimentando y como está misma me había descargado emocionalmente, haciéndome dejar de lado los lives, las publicaciones y en general bajarle el ritmo a todo lo relacionado con mi marca.
Después de esto, estuve viendo las estadísticas de mis redes y esto le ha pasado factura a las visualizaciones, a las interacciones y veo lo importante que es seguir aportando y dando lo mejor de mí. Más allá de los números y cifras que a veces están ahí para hacernos sentir culpables o sabotearnos… Más allá de eso, realmente siento que si me quedo quieta, que si me callo, que si no expreso con mi voz mi verdad y mi camino, estoy dejando de aportarte a ti y a otras tantas personas que están, quizá esperando una señal del cielo, un mensaje, una palabra que les haga creer que todo está bien o que lo estará.
Y hoy escribo con esa intención, porque me doy cuenta de que la vida está sucediendo en este momento en el que estoy escribiendo esta entrada. Que la magia, el cambio y la transformación, aunque no la pueda ver justo ahora, está sucediendo en mí y a través de ti. Que solo debo SOLTAR Y CONFIAR.
Estos días he dudado mucho de mí, no es fácil contarte esto, pero ahora es mi verdad. Sí, he dudado porque las circunstancias a veces me llevan al límite, a ese donde me cuestiono, me critico, me doy duro y caigo en ese rol de víctima que habito con tanta frecuencia. Pero la bendición en esto, es que me permito sentir, experimentar la angustia, llorar y alzar la mirada al cielo para pedirle que, como siempre, me sostenga, me guie y me abrace, porque no sé que más pedir que no lo haya hecho ya.
En días pasados, me dieron una respuesta a algo que esperaba con esperanza y fue negativa, eso me ha tenido en una montaña rusa, pero sé que la mano de Dios está puesta ahí para recordarme que Él no me suelta y que puedo seguir avanzando por donde Él me va mostrando. Y las respuestas llegan tan precisas y perfectas que hoy pedí esa guía y abrí un libro, que amo y que sus páginas me recuerdan lo amada que soy por Dios, por el Universo, así que me dispuse a recibir lo que necesitaba saber. Lo que me entrego el cielo a través de esas palabras, fue hermoso y quiero compartirlo contigo.
“Cada vez que el ego intenta arroparte una vez más con una historia antigua sobre lo que eres capaz o no de hacer, o con la figura de víctima que fuiste en el pasado, o con aquello a lo que deberías temer, o con la idea de que necesitas seguir siendo pequeña, simplemente deshazte de todo eso. Desnúdate. Zambúllete. Repite.”
Y bueno, aquí estoy desnudándome ante ti y compartiendo parte de mi realidad, Aquí estoy zambulléndome en las emociones que me causa escribir estas líneas y sentirme vulnerable. Aquí estoy confiando y soltando cualquier idea errónea de mí que me haga pensar que no merezco o que seré vista como débil con este correo. Aquí estoy, una vez más creyendo en que soy amada, bendecida y guiada siempre y que mi luz la necesitan allá afuera.
Así que mi querida, no sé que circunstancia estés pasando en tu vida, que tristeza te tenga llorando, que duda te mantenga inmóvil, que enfermedad te haga sentir débil. No sé que pueda estar pasando contigo hoy, pero SÍ SÉ que todo lo que vives es parte de tu evolución, de tu sanación y de tu camino de despertar. Es parte del encuentro con tu alma y su voz. De descubrir tu luz y brillar. Así que sigue, en medio de la oscuridad, tu tan solo CREE, CONFÍA y SUELTA, que el cielo enviará a sus ángeles a tu lado para sostenerte y acompañarte.
¡Te abrazo en la distancia y te acompaño desde mi corazón al tuyo!
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