Seguramente en algún momento has querido darle un vuelco total a tu vida, dejar el trabajo y dedicarte a lo que te apasiona, irte a vivir a otro país y empezar de cero a construir nuevas realidades, dejar una relación tóxica que no te nutre, ni te edifica o quizá finalizar un hábito auto destructivo . A veces son cambios tan trascendentes como estos, otras son cambios un poco más sencillos como cambiarte de look o empezar a dejar la timidez y hablar con más fluidez en público. Sea cual sea el caso, siempre hay sentimientos de duda y sobre todo de miedo.
Yo siempre digo que no hay sentimiento más paralizante que el miedo, es como si te inmovilizara y no te permitiera tomar acción. Es esa voz que te repite los mil y un peligros que puedes correr o los errores que puedes cometer. Y de repente toda la emoción que puede llenar esas ganar de modificar algo se desvanecen y prefieres seguir en el mismo trabajo, con la misma pareja o luciendo igual. Y así de repente sigues en el mismo lugar físico o emocional con el que no te sientes conforme o feliz.
Y hoy quiero decirte lo que debes hacer para moverte y cambiar lo que deseas. Y es tomar la decisión. Si, justo es eso. Tomar una decisión nueva, congruente y comprometida contigo misma, con tu vida y lo que anhela tu alma. No hay nadie que pueda hacer eso por ti. Las decisiones reales traen consigo la responsabilidad de la acción concreta. Es dar el primer paso, acciones pequeñas que te lleven a eso que tanto deseas. Deja de aplazarte y déjate para después, tu vida es aquí y ahora, sucede en este instante. Quítate de tu propio camino y permite que lo maravilloso suceda, que su destino sea escrito por ti con valor, determinación y confianza. Los miedos siempre están allí, esos no se van, pero si los miras con amor y compasión como parte de tu interior, los aceptas, los miras a los ojos y tomas determinación.
Así que ve y empieza una nueva aventura, esa llamada vida plena y feliz. Siempre habrán desafíos y retos, pero si los asumes con el compromiso contigo misma, sentirás como poco a poco te acercas a esa nueva realidad, hasta que un día te das cuentas que era un proceso más sencillo de lo que tu vocecita interna te había contado.
¡Y así, es como transformas tu vida!
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